martes, 30 de octubre de 2012

Aquí un recuerdo de Don Alfredo Palacios.

"Don Alfredo"
Por Felipe Pigna

Aquel niño, que había nacido un 10 de agosto de 1880, comenzó a sentir la realidad a través de los Evangelios que le leía su madre. Allí escuchó por primera vez palabras como igualdad, justicia, oprimidos y liberación. El sermón de la montaña con sus bienaventuranzas, lo marcó a fuego. Y decidió como muchos antes que él que había que hacer realidad aquellas palabras de Jesús. En un principio creyó encontrar el camino en los Círculos Católicos de Obreros, pero comenzó a sentir que no había tiempo para esperar la redención celestial y su discurso se fue volviendo tan inconveniente a los ámbitos clericales como coherente con las ideas socialistas que comenzaban a difundirse en nuestro país de la mano de los inmigrantes que llegaban de a miles a la tierra de la gran promesa. Consolidó sus ideas en su época de estudiante de derecho donde decidió que su título estaría al servicio de los nadies, los humillados y desprotegidos de la sociedad colocando en la puerta de su casa aquella famosa placa: “Dr. Alfredo Palacios Abogado. Atiende gratis a los pobres.” Cuando presentó su tesis doctoral titulada “La Miseria en la República Argentina”, los académicos de la Facultad de Derecho de entonces, la rechazaron argumentado que contravenía del artículo 40 de la Ordenanza General Universitaria, que prohibía atentar contra las instituciones. Allí decía Palacios: “Sabiendo que nuestros Gobiernos tienen por norma de conducta el despilfarro y que las defraudaciones y los latrocinios se cometen a diario y quedan impunes. (…) Que contesten esos suicidas morales que formando círculos han rodeado a todos lo gobernantes para lucrar a la sombra de las grandes empresas. Ellos son los responsables de la ruina del país, ellos que han hecho levantar palacios con los dineros del pueblo para habitarlos después de la catástrofe, encastillados en su asqueroso egoísmo, o que con las arcas repletas desparraman a manos llenas en el viejo Continente el oro que malversaron”. Se incorporó al naciente Partido Socialista y llevó en 1904 por primera vez estas ideas a un Parlamento del continente. Desde la soledad de su banca presentó decenas de proyectos de Ley en defensa de los trabajadores y los derechos de las mujeres y los niños, y en 1907 logró aprobar la Ley de descanso dominical. El diputado conservador Belisario Roldán se quejaba del estilo de Palacios y sus seguidores: “Creo que esa turba que a diario acompaña al señor diputado hasta las puertas de esta casa, turba que suele honrarnos con sus silbidos y que para algunos constituye la expresión misma de la soberanía popular, no es otra cosa que la prolongación del despotismo sectario… Creo que mi país se debe seguir desarrollando sin que banderas rojas, que serán siempre trapos intrusos en su seno, turben la augusta majestad de su marcha”. 
Fue uno de los más notables impulsores de la Reforma Universitaria y de la defensa de la autodeterminación de los pueblos latinoamericanos. Opositor al último gobierno de Yrigoyen, se opuso sin embrago en estos términos al golpe inminente: “La juventud debe fiscalizar celosamente a la oposición, que no siempre es digna y detrás de la cual se agazapa el ejército. La juventud no podrá honrosamente llamarse así si permitiera, sin que la masacren, que gobernara el país una dictadura militar. En mi carácter de de decano de esta casa de estudios, declaro que si se constituye una junta militar, dictaré en el acto un decreto repudiándola y desconociéndola, e incitando a la juventud a que se prepare a derrocarla, aún con el sacrificio de sus vidas.”
Durante la década infame que siguió a aquel golpe fundacional del autoritarismo oligárquico argentino, tuvo una actuación parlamentaria notable. En 1937 Palacios recorrió Santiago del Estero, Salta, Tucumán y Jujuy y toma contacto con Salvador Mazza quien trabajaba sobre el Mal de Chagas. El notable infectólogo le entregó un informe sobre la grave situación sanitaria de la región y la única medicación efectiva: la construcción de viviendas dignas vinculadas a la creación de fuentes de trabajo estables en las zonas afectadas. De regreso de aquel viaje Palacios presentó en el Senado su Plan Sanitario y Educativo de Protección a los Niños que es ignorado por aquel parlamento complaciente con el modelo social imperante en aquella Argentina atendida por sus dueños. También insistió con su proyecto de ley de voto femenino, que ni siquiera fue tratado en el recinto. 
 En 1942, volvió a recorrer el Noroeste y a denunciar la inacción del régimen conservador frente a enfermedades como el bocio endémico, la fiebre ondulante, el paludismo y mal de Chagas. Palacios sabía que todos aquellos males, tienen los mismos agentes transmisores: la pobreza, el ninguneo, la miseria extrema a la que venían sometidas aquellas poblaciones desde el fondo de los tiempos. 
Desde el Senado luchó contra el monopolio del transporte, por la nacionalización del petróleo, de los ferrocarriles y de la tierra y denunció la penetración extranjera. Denunció negociados escandalosos como el de las tierras del Palomar, en el que estaban implicados altos oficiales del ejército y ministros del gobierno de Ortiz. Frente al peronismo coincidió con una parte importante de la izquierda de entonces en caracterizar a Perón “como un líder fascista que venía a frenar el ascenso del sindicalismo de izquierda” y en negarse a reconocer las mejoras sociales palpables obtenidas por los trabajadores durante el peronismo. Esta férrea oposición le valió la persecución y el exilio desde donde pudo ver como muchos de sus proyectos de ley que habían dormido años el sueño de los justos en el Parlamento eran aprobados por aquel gobierno que detestaba. Participó activamente de la llamada “Revolución Libertadora” de la que fue embajador en Uruguay, pero la justicia histórica reclama recordar que se opuso públicamente a los fusilamientos ordenados por Aramburu y Rojas en junio de 1956, mientras su ex camarada Américo Ghioldi decía que “se había acabado la leche de la clemencia” avalando aquellos horrendos crímenes. Como abogado defendió a presos políticos peronistas como Miguel Unamuno. Apoyó a la Revolución Cubana y el 5 de febrero de 1961 fue electo senador por la capital por el PSA. Su primer acto como senador fue visitar a los presos políticos y gremiales y el 20 de mayo de 1961, revólver en mano, secuestró una picana eléctrica empleada por la policía de San Martín. 
Desde su banca en el Senado presentó 15 proyectos de ley sobre amnistía a los que cometieron “delitos” políticos, gremiales y de opinión; pidió el levantamiento del estado de sitio, de la intervención en varias provincias y propugnó la creación del Seguro Nacional de Maternidad. Cuando en marzo del 62 triunfó el peronismo en la provincia de Buenos Aires, sostuvo que debía entregarse el gobierno a los triunfadores y que las Fuerzas Armadas no debían intervenir. Tras el golpe de marzo de 1962, pedirá la liberación de Frondizi y desconociendo al nuevo gobierno de Guido. 
Fue designado profesor emérito por el rector de la UBA Risieri Frondizi, en julio del 62 y se opuso al enfrentamiento de Azules y Colorados acusando a ambos bandos militares de facciosos y enemigos de la democracia. En abril de 63, fue elegido diputado nacional por el PSA. Su tarea de legislador la realiza desde su casa. Desde allí se dirige al presidente Illia pidiéndole que en la reunión de cancilleres de la OEA la Argentina no vote sanciones contra Cuba defendiendo el principio de autodeterminación de los pueblos y no la intervención. 
Presentó 82 iniciativas parlamentarias. La última, ingresada el 1 de diciembre de 1964, fue la declaración de interés nacional de las investigaciones de causas de mortalidad infantil y creación del Instituto Nacional de Investigaciones Pediátricas. El 20 de abril de 1965 murió trabajando por los demás el hombre que había dicho: “¡Manos a la obra, señores diputados! ¡Construyamos el derecho nuevo con entusiasmo! ¡Dejemos a un lado ese optimismo enervante, generador seguro del estancamiento e hijo ilegítimo de la ignorancia! ¡Acordémonos de quien dijo con gran verdad que la actitud pasiva es suicida, que la lógica de la ciencia es la acción, y que sólo los cerebros y las manos ocupadas son capaces de atenuar los males que afligen al mundo!”
 * FUENTE :

viernes, 26 de octubre de 2012

PRESENTAN EN PUERTO MADRYN “EL CEMENTERIO DE CIGARRILLOS” DE ARIEL WILLIAMS.

 
El próximo sábado 27 de octubre Ariel Williams presentá su libro “Cementerio de cigarrillos”.
La cita es a las 20 horas en 9 de julio 227 local 1. Para la presentación se contará con la participación de otro escritor local, Gerardo Quiroga, que oficiará de presentador en este evento.
La entrada es libre y gratuita.
 
 Género: Novela
Fecha de publicación:
Septiembre de 2012
ISBN:
978-987-1877-24-9
Formato:
21x14 cm
Páginas:
136
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Sinopsis:
Un grupo de chicos suele reunirse en un sitio al que llaman El Cementerio de Cigarrillos. Allí pasan las tardes y las noches fumando, bebiendo y conversando. Entre ellos, el protagonista de esta historia ha encontrado su lugar en el mundo y su vida se desarrolla con relativa tranquilidad, hasta que se enamora de Lafueguito, una chica que, según se dice, es la novia de un mocetón apodado El Lonja. Conquistar a Lafueguito implica enfrentarse a él y a su barra de matones de pool, y eso es lo que hará el protagonista, ayudado por sus amigos, el misterioso Saco, Candelita, Escopeta, El Primo y la Meyisa. Pero en ese intento se verán envueltos en una extraña trama de dinero y sangre, de la que solamente algunos saldrán con vida.
Ariel Williams maneja con destreza la intriga y el ritmo del thriller, y gracias a un eximio trabajo con el lenguaje construye personajes a la vez feroces y desolados, retratos fieles de la marginalidad urbana de nuestros tiempos y nuestra geografía.
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Ariel Williams nació en Trelew (Chubut) en 1967. Cursó la Licenciatura en Letras en la UBA, entre 1988 y 1992. Trabaja como docente en Escuelas Secundarias y en la Universidad Nacional de la Patagonia San Juan Bosco. En el año 2000 nació su hijo, Ioan, y desde ese momento reside en Puerto Madryn. En 2008, su libro Los fronterantes obtuvo una Mención de Honor en el Concurso de Poesía Olga Orozco. Ha editado los siguientes libros: Viaje al anverso (poesía, Ediciones del Desierto, 1997), Lomasombra (poesía, Terraza Libros, 2003), Conurbano sur (poesía, Editorial Limón, 2005), Los fronterantes (poesía, El Suri Porfiado, 2008), Daier Chango (novela, Editorial Jornada, 2010), Discurso del contador de gusanos (prosa poética, El Suri Porfiado, 2011).
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 * FUENTES:

jueves, 18 de octubre de 2012

"Feria del Libro" PUERTO MADRYN (2012)

- Del 9 al 11 de Noviembre -
La Feria del Libro supone la generación de un espacio para acercar al autor y su obra al lector asiduo y al vecino en general, propiciando la difusión, potenciando la participación activa de las bibliotecas escolares, populares, públicas y privadas, incluyendo a todo el sistema educativo en todos sus niveles (inicial, primario, medio y superior), creando nuevos y dist
intos vínculos entre librerías, editoriales y potenciales consumidores. Esto significa involucrar, también, al sector productivo y los organismos e instituciones sociales con fines específicos, en este engranaje donde el eje central está dado por el libro, no como mero producto comercial sino y sobre todo como una herramienta que atraviesa los distintos estamentos sociales, comunicando y educando.
Teléfonos
0280-447-2060 // 0280-438-2805

F.L.I.A "1º Feria del Libro Independiente y Autogestiva" de PUERTO MADRYN.

4 de Noviembre
de 15 a 20 hs
Centro Cultural Caracol
(España 165)